Una de las obras de arte más valoradas de Venecia es la Cuadriga de Constantinopla, decorando la fachada de la Basílica de San Marcos, simbolizando el momento en el que Venecia protagonizó la Cuarta Cruzada y el Saqueo de Constantinopla.
A parte de su enorme belleza, la Basílica de San Marcos guarda una de las obras de arte más interesantes, y también más viajeras del Mundo, además de tener un enorme valor artístico, económico y simbólico, estamos hablando de La Cuadriga de Constantinopla. Esta curiosa obra de arte ha recorrido Europa, desde Constantinopla a Venecia y con un breve periodo de tiempo en París.
La Cuadriga estaba expuesta desde la antigüedad en el Hipódromo de Constantinopla hasta que en 1204 tuvo lugar El Saqueo de Constantinopla como consecuencia de la Cuarta Cruzada. Las Cruzadas fueron las luchas que iniciaron los cristianos contra los musulmanes para controlar los territorios del Próximo y Medio Oriente y especialmente la ciudad de Jerusalén, conquistada en el año 638 por los musulmanes. El papado no podía permitir que los territorios que componen la «Tierra Santa» estuviesen en manos musulmanas iniciando de esta forma una serie de incursiones en dichos territorios con el objetivo claro de devolver Jerusalén al lado cristiano. Los cruzados eran guerreros cristianos, en muchos casos nobles, que arriesgándose a perder su vida para defender el cristianismo, la iglesia católica les compensaría indultando todos los pecados que cometiesen o hubiesen cometido. La Primera Cruzada logró su objetivo y Jerusalén fue recuperada por los cristianos; en la Segunda Cruzada se intentó recuperar el Condado de Edesa pero no se cumplió el objetivo aunque si se logró mantener Jerusalén en manos cristianas; en 1187 el Sultán de Egipto, Saladino conquistó nuevamente Jerusalén iniciándose así la Tercera Cruzada con la intención de recuperarla pero fracasando estrepitosamente. Este fracaso hizo que años más tarde, el Papa Inocencio III sintiese el deseo de establecer la autoridad de la Santa Sede en los estados cristianos de Oriente y así aunar fuerzas para volver a recuperar Jerusalén, iniciándose así la Cuarta Cruzada entre 1202 y 1204. En estos momentos la República de Venecia es la primera potencia marítima del Mediterráneo Oriental contando con importantes intereses comerciales en Constantinopla. Esto hará que Inocencio III se ponga en contacto con el Dux veneciano Enrico Dándolo para contratar la flota veneciana y de esta forma llegar a Tierra Santa, lo cual no llegará a ocurrir ya que esta cruzada acabó siendo más una lucha entre cristianos de Occidente contra Cristianos de Oriente, llegando los primeros a saquear varios territorios del Oriente Cristiano, siendo el más importante el Saqueo de Constantinopla (1204), en el que cruzados franceses y venecianos violaron mujeres, mataron niños y robaron todos los tesoros venerados por los bizantinos para posteriormente depositarlos en la Santa Capilla de París y el la Basílica de San Marcos de Venecia. Dentro de estos tesoros expoliados se encontraba la Cuadriga de Constantinopla, a quien Enrico Dándolo mandó colocar en la fachada principal de la Basílica de San Marcos.
Sin embargo la cuadriga no permanecerá eternamente en la Basílica ya que en 1797, Napoleón Bonaparte ocupa Venecia y termina para siempre con la República y la independencia veneciana, será él quien tomará a la fuerza la cuadriga y la llevará a París para disponerla sobre el Arco de Carrusel. Finalmente en 1815 la Cuadriga es devuelta a Venecia gracias al escultor veneciano Antonio Canova, escultor de cámara de Napoleón y en 1980 se realizará una copia para disponerla en la fachada protegiendo así la cuadriga original, que actualmente se encuentra en el interior de la Basílica.
La escultura en cuestión pertenece a la antigüedad clásica y es atribuida al escultor griego Lisipo en el siglo IV a. C. Aunque se conoce como «Los Caballos de Bronce» la obra está hecha en un 98% de cobre para conseguir así un efecto dorado. Actualmente podemos encontrar en Europa varias réplicas de esta escultura como en el ya citado Arco de Carrusell de París, en la Puerta de Brandemburgo de Berlín, donde la cuadriga es tirada por Victoria, diosa romana del triunfo, o en el Arco de la Victoria de Madrid, siendo en este caso Minerva, diosa griega de las artes, sabiduría y técnica de guerra quien conduce el carro de cuatro caballos.