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A media hora de Venecia nos encontramos con la hermosa ciudad de Padua, la más antigua del Norte de Italia, famosa por su universidad y por la impresionante Basílica de San Antonio de Padua. La ciudad nos ofrece una gran oferta cultural, gastronómica y de ocio. Merece la pena una visita a la vecina de Venecia por ser una joya completamente desconocida.

Prácticamente todos los viajeros que se deciden a venir a Venecia aprovechan una mañana para visitar las hermosas islas de Murano y Burano, cada vez son más los que reservan un día para recorrer las viejas calles de Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, y en muchos casos la ruta incluye una parada en los Alpes Dolomitas o en el Lago di Garda, pero son pocos los que deciden gastar unas horas en la cercana ciudad de Padua, perdiéndose una de las ciudades más hermosas del norte de Italia. En este artículo os vamos a contar los hermosos lugares y secretos que guarda esta ciudad medieval tan desconocida para los viajeros.

Padua (Padova en italiano) se encuentra a 39km de Venecia, si optamos por el tren para llegar allí, el trayecto no llega a media hora. A Padua se la conoce como la «pequeña Ámsterdam» debido al gran número de bicicletas que recorren la ciudad en todas las direcciones, sumado esto al gran número de tranvías que cruzan sus calles y a que la rapidez es una de las características propias del conductor italiano, el viajero debe prestar una especial atención al tráfico sino quiere salir mal parado. A pesar de que Padua no es una ciudad grande (200.000 habitantes), si que da la impresión de ser un lugar muy cosmopolita, y esto es debido, entre otras cosas, a contar con una de las universidades más prestigiosas del Mundo. La Universidad de Padua está considerada como la segunda más antigua de Italia, después de la de Bolonia, fue fundada en 1222 y su sede principal se encuentra en el Palacio Bo, en pleno centro de la ciudad. Es una de las universidades preferidas por los italianos para realizar su carrera y también por los erasmus del resto de Europa, lo que hace que en periodo lectivo Padua aumente considerablemente su población con los estudiantes que llegan de otros países. Otro aspecto que le da a Padua ese carácter cosmopolita es que es una ciudad de peregrinaje, multitud de peregrinos acuden en masa a visitar los restos del santo Fernando de Bulhoes, más conocido como San Antonio de Padua, dentro de la Basílica del mismo nombre. La creación, en 2010, del «Camino de San Antonio», tomando como referencia el milenario Camino de Santiago en España, ha incrementado el número de peregrinos que visitan Padua caminando desde Camposampiero, a 25Km, por ser el lugar donde residía el santo antes de emprender su último viaje a Padua donde falleció en 1231. Hay que tener en cuenta también el gran número de locales nocturnos y de ocio con los que cuenta la ciudad, siendo uno de los pocos lugares de Italia donde encontramos cierto ambiente nocturno, ya que el el país transalpino no es muy dado a trasnochar.

La historia de Padua se remonta a la época prehistórica, pero es en el siglo II a. C cuando Patavium (nombre romano de Padua) adquiere gran importancia, básicamente por su riqueza agrícola, enriquecida por encontrarse en la vega de los ríos Bachiglione y Brenta, el cual desemboca en la Laguna Veneciana, y por la transformación de lana procedente de los pastos de la meseta de Asiago. Padua, como el resto de la Europa Occidental, sucumbió a las invasiones bárbaras, concretamente de los longobardos y los hunos, cuyo rey, Atila, la saqueó en el 450. Tras un breve periodo bajo poder bizantino, en el año 601 fue conquistada y destruida por el rey lombardo Agilulfo. Hacia el Siglo XI la ciudad comenzó a ir recuperando su poder, en 1222 se funda la universidad que se hizo muy famosa, sobre todo por sus estudios de investigación en medicina, astronomía, filosofía y leyes. Es la primera universidad del Mundo que otorgó un título académico a una mujer, Elena Lucrezia Cornaro Psicopia, titulada en filosofía en 1678. Por sus aulas han pasado personajes tan importantes como Nicolás Copérnico o Galileo Galilei, especializados ambos en la astronomía. En el Siglo XV Padua cae bajo el dominio de la República de Venecia que durará hasta la invasión del Imperio Austro-Húngaro en el Siglo XVIII. En 1866 el rey Victor Manuel II anexionó la ciudad al reino de Italia, desde este año la historia y cultura de la ciudad padana estarán ligadas al estado italiano.

La riqueza artística y cultural de Padua es inmensa, el simple hecho de pasear por sus estrechas calles empedradas y porticadas, admirando sus edificios medievales decorados con pinturas al fresco, ya es toda una experiencia. A continuación detallamos los lugares de mayor interés artístico y cultural que grada esta ciudad entre sus muros:

La importancia de Padua no sólo se limita a la cultura y al arte, la ciudad nos ofrece también una amplia oferta de ocio. Siempre han tenido fama sus productos artesanales, sus calles principales se llenan de tiendas en las que se ofrecen numerosos objetos religiosos, antigüedades, cerámica, dulces y todo tipo de productos artesanos. Su oferta gastronómica no se queda atrás, destacando los productos de corral como la gallina paduana, el pato y el ganso. Es una tierra muy rica en olivos y viñedos por lo que el aceite y el vino son de muy buena calidad. Padua es un magnifico lugar para ir de compras, encontraremos mucha más variedad que en Venecia y a un precio más bajo que en Milán. Y por supuesto es uno de los pocos lugares de Italia para irnos de discotecas.

Con esta información esperamos que los viajeros que visitan Venecia se animen a invertir unas horas en esta maravillosa ciudad donde no faltarán belleza, cultura y arte mezclados con buen ambiente y magnifica gastronomía.

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